“Si un Arconte llama a tu puerta, no hables, no preguntes. Ve en busca de tu hijo y se lo entregas”

Los Arcontes son también los encargados de medir el tamaño de la marca sombría de cada nacimiento que sucede en Velggorath.

Si el niño o niña posee la mancha del plano umbrío, un Arconte puede reclamarlo sin réplica alguna. El sacerdote llevará al bebé a uno de los pozos que conectan el plano mortal con el de las sombras, cruzará su umbral y dejará al recién nacido un día entero al auspicio del mundo de tinieblas.

Si a su regreso sigue vivo será enviado al Pináculo Invertido donde recibirá instrucción en el noble y bello arte del asesinato silencioso.

Tras años de duro entrenamiento será bautizado como una sombra nocturna y gozará del privilegio de ser uno de los instrumentos de muerte más eficaces de la raza oscura.